Dale que salimos y hasta capaz que llegamos.
Nos vamos. Aerosur nos lleva directo Buenos Aires - La Paz. Bueno…no tan directo, previa escala y retrazo en Santa Cruz de la Sierra llegamos a La Paz a medianoche. Nos ayudo (y mucho) el haber conocido a Francisco, un argentino que está viviendo en La Paz, quién tenía su auto en el aeropuerto y nos dejó frente a la Iglesia de San Francisco. En la esquina del Hostal Naira.
El primer impacto que deja La Paz es casi caótico, eran las 12 p.m. del sábado y la avenida frente a
Las combis que mencione antes son el medio de transporte más común y barato de La Paz y sus alrededores y por esto inundan las calles con un descontrol digno de los autitos chocadores de un parque de diversiones. Se detienen en cualquier lugar para levantar pasajeros y después cruzan de carril por sobre el boulevard que divide ambas manos de la avenida.
Otro dato: los semáforos son meramente indicativos, principalmente en horarios nocturnos. ¡Cuidado al cruzar las calles!
Todo este espectáculo tiene como fondo musical las bocinas de los autos, instrumento que los paceños utilizan con todas sus ganas.
Como estaba planeado, el domingo, nos levantamos y luego del excelente desayuno del hostal y de mi segundo mate de coca del viaje (bebida indispensable para sobrellevar el sorochi o mal de altura) salimos a recorrer la capital más alta del mundo (
Por la tarde, después del almuerzo recorrimos los barrios de El Rosario y 14 de septiembre, al noroeste de
De regreso al hotel definimos nuestra partida hacia Copacabana para el día siguiente y dejamos la visita a Tihuanaco para nuestro regreso sobre el final del viaje.
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