10.6.07

9 de enero – Puno – Perú

Arrancamos temprano abandonado “El Collita” sin ningún tipo de añoranza, más bien con alivio. Desayunamos por ahí y conseguimos lugar para viajar hasta Puno aunque con cambios de transporte. Desde Copacabana hasta Kazani, el punto fronterizo entre Bolivia y Perú, viajamos en una combi, la frontera la cruzamos caminando y del lado peruano nos esperaba otra combi que nos llevó finalmente hasta un micro bastante destartalado que nos incomodó hasta Puno.

Algo increíble, que ya nos había pasado el día anterior cuando salimos de La Paz y ahora se repetía y nos acompañaría casi todo el viaje. Todos los micros, combis o cualquier otro medio de transporte no comienzan el viaje hasta que no se llena. Cuando empiezan a quedar pocos asientos sube alguien; cuenta los espacios vacíos y sale a buscar pasajeros. El bus no raramente sale con algún asiento vacío. ¡Eso es productividad del negocio!

Después de una hora y media (aprox.) Puno nos llamó la atención. Nos habían hablado mal. ¡Puno no vale nada! habíamos escuchado pero nos pareció una ciudad linda, en el centro hay una plaza con la correspondiente iglesia de varios siglos, una calle peatonal con buenos restaurantes y cafés y una buena oficina de turismo.

Tanto como el desencanto que me causo Copacabana fue la buena impresión que me traje de Puno.

Luego de almorzar la primera porción de carne de llama del viaje nos dedicamos a averiguar sobre las excursiones para visitar las islas flotantes de los Uros y otros destinos.

Nos desilusionamos ya que no podíamos, como teníamos planeado, pasar la noche en las islas de Taquile o Amantani, ya que estos paseos salen solamente por la mañana y esto nos obligaba a quedarnos en Puno esa noche y recién poder partir a Cusco dos días después de lo planeado. Fue una pena pero decidimos partir con destino a Cusco esa misma noche pero antes fuimos a conocer las islas flotantes de los Uros.

En la terminal de buses, luego de obtener nuestros pasajes Puno-Cusco para esa noche en coche cama, tomamos un taxi y le contamos al chofer que queríamos conocer las islas de los Uros. Demás está decir que terminamos en una agencia de turismo y por S/ 15 (5 USD) teníamos los ticket para la excursión (Fue muy divertido ver que en la lancha completan el formulario con los datos de los pasajeros pero hasta el número habilitado, el resto nunca estuvimos ahí).

Vamos al tema que nos trajo hasta aquí. Los Uros son una comunidad de indígenas que habitan en islas flotantes construidas con juncos y ancladas en el lago Titicaca a unos 20 minutos en lancha de la ciudad de Puno. Se cree debido a la poca información que existe, que los Uros habitaban en épocas preincaicas las costas del sur del lago, actualmente Bolivia, y que fueron atacados por algun otro pueblo.

Debido a su cultura pacífica la salida que encontraron fue construir balsas y lanzarse al lago. Los vientos los llevaron hasta la zona de poca profundidad en la que actualmente están ancladas sus islas y aquí se quedaron a vivir.

Su medio de vida era esencialmente la pesca, producción que luego trocaban por cereales, carne de llama y otros productos en los pueblos costeros. Hoy en día su principal ingreso es el turismo.

De vuelta en Puno fuimos nuevamente al centro a cenar acompañados por Gustavo y Karina, una pareja de Buenos Aires que conocimos en la excursión y con la que seguiríamos camino hasta Cusco.

A las 22.30 hs. partió nuestro coche cama con destino Cusco. Recomiendo fervientemente este servicio, por S/ 60 (USD 20) se viaja muy cómodo y abrigado.

16.2.07

Lunes 8 de enero – Copa…Copacabana

El ómnibus nos pasó a buscar por el hotel a las 7:30 como estaba planeado y partimos con destino Copacabana. Al final decidimos ir en bus turístico porque nos pasaba a buscar por el hotel, todo sea por no cargar las mochilas hasta la Terminal de ómnibus a las 6 de la mañana, aunque el costo sea un poco superior.

Copacabana es un pequeño pueblo a orillas de lago Titicaca. Viajamos en ómnibus hasta el estrecho de Tiquina, en este lugar todo el mundo desciende del bus para cruzar en lanchas. El vehículo cruza en unas barcazas que hacen de ferry. Una vez del otro lado del estrecho sigue el viaje.

El paisaje de todo este trayecto es muy bonito y permite empezar a descubrir la inmensidad del lago sagrado de los incas.

Llegados a Copacabana nos ubicamos en el hostal “El Collita” sitio para olvidar y nunca recomendar, de más está decir que su precio nos debería haber adelantado algo. Por Bs 15 (menos de USD 2) no se puede pedir mucho. La oferta hotelera es muy amplia para aquellos que quieran pasarla un poco mejor.

Una vez ubicados almorzamos una trucha frente a la playa y nos montamos a una lancha que por Bs 12 per capita y luego de 1 hora y media nos depositó en la Isla del Sol.

Ya en la isla y al desembarcar; uno se encuentra con la Escalinata del Inca. Todo un desafío. A 3900 m.s.n.m hay que subir durante 15 o 20 minutos la escalera construida con piedras en épocas incas. Al final se llega hasta las tres fuentes de agua que recogen el agua de una vertiente natural. Subiendo otro tramo más, se puede llegar hasta la parte alta del lado sur de la isla. En este lugar se ven las primeras construcciones de los pobladores y algunos de los hostales que existen en el lugar.

Fue una pena que teníamos horario de regreso y tuvimos que volver rápidamente hasta el embarcadero.

Por datos de otros viajeros que obtuvimos luego, recomendamos dedicarle un día completo a la isla si es que no pueden quedarse a dormir. Los paisajes y la tranquilidad de la isla son mucho más aconsejables que Copacabana para pasar unas noches.

Ya de regreso recorrimos el pueblo y visitamos la basílica.

El pueblo es muy pequeño y no le encontramos mayor atractivo. Lo mejor son las vistas del lago, sin dudas.

Llegamos en un día de fiesta por lo tanto hubo mucha cerveza y baile en la plaza frente a la basílica.

Nosotros nos fuimos a dormir acompañados por la música y un frío bastante intenso. Al otro día partíamos hacia Puno (Perú) con la idea de visitar las Islas de los Uros y hacer noche en alguna isla del Lago Titicaca.

6 y 7 de enero de 2007 – La Paz - Bolivia

Dale que salimos y hasta capaz que llegamos.

Nos vamos. Aerosur nos lleva directo Buenos Aires - La Paz. Bueno…no tan directo, previa escala y retrazo en Santa Cruz de la Sierra llegamos a La Paz a medianoche. Nos ayudo (y mucho) el haber conocido a Francisco, un argentino que está viviendo en La Paz, quién tenía su auto en el aeropuerto y nos dejó frente a la Iglesia de San Francisco. En la esquina del Hostal Naira.

El primer impacto que deja La Paz es casi caótico, eran las 12 p.m. del sábado y la avenida frente a la Plaza San Francisco (La San Francisco) era un río de pequeñas combis, taxis (luego aprenderíamos las diferencias entre estos y los Trufis), ómnibus y vehículos particulares. El tema no son los nombres o el tipo de vehículos y ni siquiera la cantidad sino el desorden y esto lo dice un argentino oriundo de Buenos Aires, que se caracteriza por lo ordenado de su transito.

Las combis que mencione antes son el medio de transporte más común y barato de La Paz y sus alrededores y por esto inundan las calles con un descontrol digno de los autitos chocadores de un parque de diversiones. Se detienen en cualquier lugar para levantar pasajeros y después cruzan de carril por sobre el boulevard que divide ambas manos de la avenida.

Otro dato: los semáforos son meramente indicativos, principalmente en horarios nocturnos. ¡Cuidado al cruzar las calles!

Todo este espectáculo tiene como fondo musical las bocinas de los autos, instrumento que los paceños utilizan con todas sus ganas.

Como estaba planeado, el domingo, nos levantamos y luego del excelente desayuno del hostal y de mi segundo mate de coca del viaje (bebida indispensable para sobrellevar el sorochi o mal de altura) salimos a recorrer la capital más alta del mundo (3.800 m.s.n.m.) por este motivo todo fue un poco mas lento. Pasamos por la terminal de ómnibus para averiguar costos y horarios del viaje a Copacabana y recorrimos la zona que rodea el palacio de gobierno. Justo enganchamos en el cambio de la guardia que se realiza todos los primeros domingos de mes.

Por la tarde, después del almuerzo recorrimos los barrios de El Rosario y 14 de septiembre, al noroeste de la ciudad. Esta zona cercana al cementerio se caracteriza por ser un gran hipermercado en las calles. Se puede conseguir desde productos de limpieza, ropa (de marca?) y comida hasta componentes de informática o audio y video. De todo y en las calles.

De regreso al hotel definimos nuestra partida hacia Copacabana para el día siguiente y dejamos la visita a Tihuanaco para nuestro regreso sobre el final del viaje.

4.1.07

Nos Vamos

Empezamos,

El sábado a las 16hs partimos con rumbo a la La Paz, por allí nos espera el Hostal Naira, recomendado por Mihai.
El primer cronograma es el siguiente:
Domingo recorremos un poco de La Paz, hacemos las primeras averiguaciones, nos aclimatamos (3.800 mts s.n.m. no es joda). El lúnes partimos para conocer Tiwanaku que según la información que tenemos está a no mas de 40 minutos de La Paz y luego seguimos viaje hacia Copacabana, para conocer el lago navegable mas alto del mundo, el Titikaka, y en él recorrer La Isla del Sol y la Luna en la costa boliviana.
El siguiente paso es conocer el lado peruano del mismo lago. Desde la ciudad de Puno vamos a recorrer las islas de Taquile y Amantaní y las islas flotantes de los Uros.
Luego, el rumbo nos lleva hacia el norte con destino Cusco.
Pero falta mucho todavía. Tanto que aun estoy en Buenos Aires frente a mi computadora.

Salud!